domingo, 9 de junio de 2013

El olor de los libros

Los libros a medida que pasa el tiempo va generando un olor característico. Particularmente, me encanta el olor de los libros nuevos pero me da náuseas el olor de aquellos que ya se van “haciendo mayores”. ¿A qué se debe este particular olor? El olor de los libros se da por varios factores, entre ellos la tinta y el papel, pero principalmente por el papel y, concretamente, por la lignina que contiene. La lignina es el polímero orgánico más abundante en el mundo vegetal, responsable de la estructura leñosa de los tallos. Gracias a la lignina los troncos de los árboles se mantienen firmes y erguidos y pueden alcanzar las elevadas alturas que alcanzan. Con el paso del tiempo la lignina se oxida, por lo que las hojas amarillean y desprenden más olor. El olor es resultado de cientos de compuestos orgánicos volátiles y semi volátiles procedentes de los procesos de degradación del papel y la oxidación de su lignina. Depende tanto de la composición del papel como del entorno en el que el libro ha envejecido. Y, ciertamente, es un olor inconfundible. ¿O no? Sin embargo, lo curioso es que en la actualidad el papel de los libros tiene poca lignina, ya que utilizan papel libre de ácidos, para que las hojas permanezcan blancas por más tiempo.

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