domingo, 9 de junio de 2013

Espejos en los ascensores.

¿No se han fijado que las veces que suben a un ascensor hay un espejo empotrado esperándonos tranquilamente? ¿Y por qué hay un espejo en el ascensor? ¿Para ver lo lindos que somos? ¿Para hacer muecas o para una arregladita de último momento? En los acensores de pequeño tamaño, o mejor dicho en los comunes, suele haber un espejo para dar una sensación de un espacio más grande, de amplitud. Así se alivia la angustia al encierro que a algunas personas les pueda producir el reducido habitáculo del ascensor. Por otro lado, la existencia del espejo nos distrae. Nadie se resiste a echar una mirada (a veces es imposible al haber tres paredes de espejo) y así se ocupa nuestro tiempo causándonos la impresión de que el trayecto es más corto. Como se ve, son motivos psicológicos que perduran de los tiempos de los primeros ascensores instalados en edificios altos, cuando los usuarios se quejaban del reducido espacio y la lentitud de esos antiguos aparatos.

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